URBANISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
Si hoy en día le preguntas a cualquiera defenderá que los espacios públicos son para todo el mundo: hombres, mujeres, niños, personas mayores. Pero eso no es del todo cierto, todo depende de cómo esté estructurado dicho espacio. Lo cierto es que algunos sectores poblacionales, como las mujeres, se encuentran con múltiples obstáculos en su día a día. La causa, y su solución, se encuentra en la manera de concebir el espacio público. O sea, en los planes urbanísticos.
Vamos a poner un ejemplo. Si le contáramos a una muchacha joven que antiguamente no estaba bien visto que las mujeres disfrutaran de los bares, que para salir de noche debían estar acompañadas por un hombre o que la mayor parte del día lo pasaban en su hogar mientras los hombres lo hacían en el espacio público, la muchacha se asombraría y te diría que los tiempos han cambiado, que ahora hay libertad y que todo eso es cosa del pasado. Y tiene razón, pero si seguimos hablando con ella sobre sus hábitos seguramente te confesará que no se siente segura de volver a casa de noche sola, y que le pide a algún amigo que la acompañe. Entonces, ¿sigue existiendo la división del espacio por sexos?
Es curioso, porque entendemos como una opción personal (y prudente) que una muchacha no vuelva sola de noche. Pero no lo atribuimos a una necesidad social, a un problema urbanístico, algo que deberíamos tener en cuenta en las políticas públicas.
¿Por qué es un problema urbanístico? Porque dependiendo de como esté estructurado el espacio público posibilitará, en mayor o menor medida, que las mujeres accedan al espacio de manera segura y con sensación de seguridad. Dependerá del mobiliario público existente, del grado de iluminación de la calle, de las condiciones de conservación del entorno, de la existencia de zonas de paso, etc.

Artículo de Miriam Navarro Díaz, ponente de la charla.